Cuento para navidad

El Tiburón Paco

Un tiburón es como una sardina. Pero a lo BESTIA.

El tiburón Paco es un tiburón bueno, de andar por casa, con pantuflas, como los papás.

Blup-Blup. Blup-Blup. Blup-Blup.

Un día, estaba el Tiburón Paco dándole a la cola y vinieron los tiburones malos.

Chun-Chun. Chun-Chun. Chun-Chun. 

—Tiburón Paco, Tiburón Paco, ¿vienes con nosotros a la playa de las Islas Cíes para morderle el culo a esa niña, a Laura de mentira?

El Tiburón Paco meneó la cabeza.

—¿Estáis locos? PERO, ¿estáis loquitos? Esa niña, Laura de mentira, tiene un padre que es una mala bestia. PERO una mala bestia de verdad.

Los tiburones malos se rieron.

—¡JA, JA, JA, JA! Lo sabemos. PERO es lento. Le vamos a morder el culo tan rápido que no va a poder hacer nada.

El Tiburón Paco se encogió de hombros.

— Estáis locos. Estáis loquitos. PERO allá vosotros. Yo os acompaño, pero para echarme unas risas.

Y allá se fueron.

Los tiburones malos: Chun-Chun. Chun-Chun. Chun-Chun. 

Y el Tiburón Paco: Blup-Blup. Blup-Blup. Blup-Blup.

Mientras TANTO, en la playa de la Islas Cíes, la niña esa, Laura de mentira, jugaba en la orilla del agua que estaba muy fría. Y poco a poco se fue metiendo en el agua hasta que le cubrió la cintura.

Y aquí, el culo de la niña esa, Laura de mentira.

Y aquí las bocas de los tiburones malos.

Y aquí ese culito de bebé.

Y aquí los dientes afilados de los tiburones malos. 

Y aquí esa piel sonrosada y tierna.

Y aquí la punta como agujas de esas bocas malas.

Y cuando parece que es imposible otra cosa que no sea el mordisco.

Cuando los tiburones malos se relamen ya con el caramelo.

Alguien les coge a todos por las colas. Hace una ristra con ellos: los saca del agua y les empieza a dar vueltas.

Y sí. CLARO. Es la mala bestia del padre de la niña esa, Laura de mentira.

Y muy enfadado, PERO muy enfadado, empieza a darles vueltas, vueltas y vueltas.

Y los lanza al aire. Y suben, suben, y suben.

Y después bajan, bajan, y bajan.

Hasta caer a lo lejos, muy a lo lejos.

Y al entrar en el agua hacen CHOF.

La mala bestia se vuelve hacia el Tiburón Paco. Sigue enfadado, muy enfadado.

—Pero vamos a ver, Tiburón Paco ¿tú en qué estabas pensando?

El Tiburón Paco quiere hacerse pequeño, como una sardina de verdad.

—Yo ya les dije que no lo hicieran, que era mala idea, muy mala idea. Yo vine para echarme unas risas. Nada más.

La mala bestia bufó.

—Pues debes estar muy contento y orgulloso. Mira el susto que le has dado a la niña.

PERO la niña esa, Laura de mentira, estaba lejos de estar asustada. Pensaba que todo era un juego. De su papá y del Tiburón Paco. Y reía y chapoteaba en el agua.

En ese momento, el papá se dio cuenta de que la bronca no daba para más.

—Eres un parvo, Tiburón Paco. Echarse unas risas… AHORA vas a coger a la niña y le vas a dar una vuelta. ¡Qué digo una vuelta! Le vas a dar un tour por la ría de Vigo.

Y allí se fue el Tiburón Paco con la niña esa, Laura de mentira, en su lomo.

Blup-Blup. Blup-Blup. Blup-Blup.

Aquel atardecer, en el barco de regreso a Vigo, la niña esa, Laura de mentira, se durmió en brazos de su padre con una sonrisa en los labios. Sonreía porque su papá era muy confortable. Sonreía porque era feliz. Y, sobre todo, sonreía porque sabía que aquellos brazos que la arropaban siempre estarían ahí para defenderla de los tiburones malos.

Del tiburón Paco no. Porque él es un tiburón bueno. Un poco bobo, pero BUENO.

Blup-Blup. Blup-Blup. Blup-Blup.

FIN.

Un cuento de Xurxo Torres.

Torres y Carrera