Esas niñas superlativas

Mi madre se ha sumado entusiasta a la defensa trans del feminismo de mi hija pequeña. Confieso que me he quedado un poco descolocada en esta conexión intergeneracional. En principio lo atribuí a la relación siempre especial entre abuelas y nietas, pero hace unos días vi la ópera prima de Pilar Palomero “Las niñas” -sin duda la revelación cinematográfica de este año-, y comprendí que había más.

Soy empresaria en el sector de la comunicación y presido una compañía liderada en su mayoría por mujeres. Lo de empresaria es un signo de los tiempos que me han tocado vivir. Empiezas con trabajos modestos, después te encuentras como trabajadora por cuenta propia y, al final, con mucho esfuerzo acabas responsabilizándote de la estabilidad laboral de unas cuantas personas. Fue una evolución entre lo posible y lo deseado.

En ese proceso te vas dejando la piel para seguir a flote. Y sí, es cierto, a las mujeres nos cuesta flotar un poco más. Como decía la precursora del feminismo, Mary Wollstonecraft, no se trata de que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas.

Sucede que, en el devenir de lo cotidiano, te acostumbras a esta falta de control. Por nuestra educación no resulta muy llamativo: primero gestionas la condescendencia por ser una mujer joven, las atenciones no deseadas, el desequilibrio salarial… Después, cuando has superado todas esas situaciones que ya das por normalizadas, aparece el desafío de combinar la maternidad con el trabajo y pelearte cada día por hacerlo bien en ambos frentes.

De alguna manera me reconocí en las “niñas” de Palomero. He recordado como con quince años daba por supuesto que el mundo tenía un lugar justo y equilibrado para ser mujer. Y ahora, por fin empoderada, entiendo la conexión de abuela y nieta. En el balance de una vida tomas conciencia de lo difícil que resulta tener control sobre una misma. Las niñas de hoy son niñas superlativas sin miedo a la corrección política y con la necesidad de llamar a las cosas por su nombre en el fondo y en la forma.

Paula Carrera

Presidenta de Torres y Carrera