¿Necesito una consultora?

¿Conocéis el chiste del rebaño de ovejas y el consultor? Se resume en que los consultores cobramos por decir a las empresas el número de ovejas que tienen. ¿En serio? ¿Ese es el valor atribuido a nuestro desempeño? Vivimos en un mundo en permanente estado de cambio: social, medioambiental, económico … y, estos nuevos escenarios, inevitablemente, han de ser recibidos, analizados, comprendidos y asimilados por las organizaciones a la hora de tomar sus decisiones estratégicas. ¿Cuál es el mayor desafío?: Uno de ellos, sin duda, enfrentar la velocidad. Los cambios cada vez son mayores, más complejos, pero, sobre todo, más rápidos. Vivimos en permanentes escenarios VUCA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos) lo que sumado al factor velocidad hace que necesitemos de todas las armas posibles a la hora de enfrentarlos. Este nuevo mundo en movimiento, además de obligarnos a ser rápidos, requieren de precisión y nos lleva a preguntarnos si, de forma individual, desde el departamento de marketing o comunicación de una empresa al uso, necesito, o no, una visión externa que me provea de diferentes ideas y capacidades para hacer frente a estos escenarios que, es probable, se puedan solventar de manera interna, pero no si necesito un punto de vista estratégico desde otra perspectiva o darle un nuevo impulso. En este sentido, la principal misión de la consultoría ya sea de comunicación o de marketing, es este punto estratégico de prospección cualitativo ante horizontes futuros. Ya se que esto les sorprenderá a muchos que tienen, en su agencia de comunicación o marketing, a esos trabajadores outsourcing haciendo ese trabajo cuantitativo, repetitivo y de poco valor que no quieren hacer in house. Este trabajo de minería no puede ser la base de desarrollo de una consultora estratégica, ya que se pierde el valor diferencial de asesoramiento, imaginación e incluso la capacidad de ver de manera externa cómo resolver un problema con el valor añadido de la experiencia alguien que ya ha enfrentado con anterioridad a semejantes escenarios. Esta es la primera reflexión: ¿Quieres subcontratar trabajo de baja calidad que no quieres hacer internamente? No contrates una consultora de comunicación o marketing, ya que te pierdes su principal valor estratégico. Si, por el contrario, necesitas conocer y aplicar las últimas tendencias, nuevas ideas, visiones y formatos con los que acometer un problema, contactos o impulso con verdadero valor cualitativo, entonces sí, busca el asesoramiento de una consultora. Todos sabemos contar ovejas en un rebaño… ahí no está la clave. El verdadero valor es adiestrar al perro para que espabile y dirija con éxito al grupo de borregos ante la llegada del lobo. Ahí está la diferencia. Juan Ramón Gil Director de Estrategia en Torres y Carrera @juanramongilgo1

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