Mujeres y niñas STEM
Science, Technology, Engineering and Mathematics: STEM.
Sociedad occidental. Siglo XXI. La premisa: nadie duda del talento femenino. O al menos, nadie cuyo cerebro esté plenamente instalado en el momento actual. Por supuesto, en los bajos fondos terrenales y digitales, ciertos individuos y otros tantos rebaños continúan revolcándose en sus orígenes cavernícolas, pero a la luz del sol la sociedad camina por otros derroteros y el rumbo denota un paso firme y constante en pos de una sociedad (más) avanzada e igualitaria.
En este sendero del progreso, la cultura, la educación, la sanidad, la ciencia y la innovación tecnológica – y por tanto sus profesionales – son pilares esenciales. Estos profesionales, hombres y mujeres, tan capaces unos como otras, desarrollan sus vocaciones desde edades tempranas. Pero, a día de hoy, si bien en educación, cultura y sanidad mujeres y hombres van a la par, la brecha en las profesiones STEM continúa siendo exageradamente grande.
Según apunta el estudio realizado por el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa” (Barcelona 26 de julio de 2022), en España sólo el 16% de los/las profesionales del área de las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son mujeres. Así, las inclinaciones en materia de ciencias para las niñas y adolescentes tampoco arrojan buenas cifras: frente al 7% de los varones, sólo un 0,7% de las adolescentes muestran interés en estudiar un grado relacionado con estas disciplinas.
Las cifras de matrícula reafirman los datos: en las carreras de ciencias un 42% de mujeres frente al 58% de hombres, en las de tecnología hay un 13 % de mujeres matriculadas frente a un 87 % de hombres, en las de ingeniería un 29% y 71%, respectivamente. En el caso de las matemáticas, cada vez son menos las mujeres matriculadas. Por otro lado, al parecer las mujeres contamos con la importante cualidad de la perseverancia: el porcentaje de abandono global de las carreras STEM es entre 2 y 6 puntos inferior al de los hombres. Además, tal como indica el informe, en el conjunto del sistema universitario español, las mujeres tenemos un rendimiento académico más alto que los hombres.
No se trata de una competición, se trata de una realidad que es clara y necesariamente mejorable. Según el estudio Radiografía de la brecha de género en la formación STEAM (incluye las artes en el acrónimo), realizado en 2022 por el Ministerio de Educación, los sesgos y estereotipos que se encuentran en la base de las elecciones vocacionales de los y las jóvenes constituyen la parte implícita de la brecha. En este mismo estudio se indica que a partir de los seis años (Revista Science 2020) las niñas empiezan a pensar que los niños son más capaces que ellas, por lo que cuando llegan a la etapa de la adolescencia confían en sí mismas menos que sus compañeros varones.
La ciencia, la tecnología y la investigación, por supuesto, son para las mujeres, lo sabemos. Entonces ¿por qué se va diluyendo la vocación por las profesiones STEM desde una edad tan temprana en las niñas?
En pleno siglo XXI continuamos arrastrando viejos estereotipos asociados a otras épocas, a otros modelos de familia, a otro tipo de sociedad. Tal como apunta el estudio del ministerio, el sistema educativo se enfrenta al verdadero desafío de lograr el destierro de todas esas convicciones de género arcaicas, para lograr que las nuevas generaciones puedan elegir sus futuros profesionales libres de prejuicios y condicionantes, en un entorno de referentes femeninos con tanta notoriedad como los referentes masculinos.
En este sentido, no se trata sólo de que los organismos oficiales desarrollen medidas y planes educativos, se trata también de que, desde las propias familias, en favor de nuestros hijos e hijas, debemos fomentar y trabajar los comportamientos orientados en materia de igualdad y de desarrollo de las capacidades de niños y niñas, en todos los sentidos.